Quizás...

Quizás...



Se subió a lo alto de la barandilla del último piso, haciendo equilibrios y manteniéndose en vertical. Ya estaba decidido. Eran la hora y el lugar para acabar con todo.

El viento frío de la noche le azotó en la cara mientras el joven decía adiós a todo su mundo conocido. Allí estaban las luces de la gran ciudad que destelleaban impasibles ante él. En el fondo, esa fue una de las razones que el muchacho esgrimió para decidir que quería acabar con su vida: La insultante indiferencia del mundo a su alrededor, durante demasiados años...

Puso los brazos en cruz, y lentamente dejó que el equilibrio se perdiera, para encontrarse flotando en un repentino torrente de viento que le azotaba todo el cuerpo con una furia inimaginable. El ruido del aire era tal que él pensó que cabalgaba sobre un trueno. Hasta parecía flotar como hacían los pájaros.

En el fragor del ruido, todos sus recuerdos desfilaron ante él, de forma ordenada, empezando por cuando era sólo un niño. Las escenas parecían pasar en fracciones de segundo, y así en un instante, él repasó toda su vida.

A juzgar por lo que vio en sus recuerdos, se le antojó que el niño que los protagonizaba era tierno y gracioso en muchas escenas, y en otras, inspiraba una enorme compasión cuando se avergonzaba de sus errores. Pero lo que más le llamó la atención era que todos sus recuerdos tenían un patrón común: el de un pequeño trazo de luz que anidaba en el corazón del personaje de su pasado, que era irrepetible en ningún otro ser. 

Era curioso. Nunca el joven se había fijado en ese detalle, y en el hecho de que en los peores momentos de su vida, los más bajos, los más ridículos, los más equivocados...siempre esa pequeña luz brillaba en su corazón, protegida de todo mal, con su dignidad intacta. Con toda su valía y sin un solo menoscabo.

Terminado el análisis de toda su vida, un débil pensamiento se hizo camino hasta su mente. ¿Y si quizás su vida no era un error? ¿Y si la belleza y la luz nunca dejaron de estar a su lado? ¿Y si quizás era el exterior el elemento equivocado?

Quizás, tal vez, podría ser que se había precipitado al considerar que todo el mundo lo odiaba. Quizás, pensó, la chica de sus sueños no se había reído de él en la noche anterior...Quizás, ella y los que la acompañaban, se habían reído con él y no de él...Y aunque así fuera ¿realmente era importante?

Quizás...

El joven interrumpió sus devaneos cuando su frente tocó el pavimento de la acera.



FIN



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